El urbanismo feminista como horizonte para repensar críticamente la planificación y el desarrollo territorial – urbano y proponer alternativas hacia la reconstrucción de ciudades para la sostenibilidad de la vida.

Artículo de: Comisión de Hábitat y Géneros de Habitar Argentina[i]

Foto: Vigilia_Congreso-91

La comisión de Hábitat y Géneros surge dentro del espacio Habitar Argentina, cuando un grupo de mujeres de distintas organizaciones, integrantes de este colectivo, se encuentra en Hábitat III Quito, Ecuador (2016), en torno al debate sobre Las mujeres y el Derecho a la Ciudad”. Nos sentimos convocadas a conformar este espacio, a partir de reconocer como comunes algunas experiencias y prácticas en el territorio que venimos desarrollando desde una perspectiva de géneros. Nos motivó la potencia cuestionadora del urbanismo feminista, como horizonte para repensar críticamente la planificación y el desarrollo territorial – urbano en general y proponer alternativas en pos de la reconstrucción de ciudades para la sostenibilidad de la vida. Por este motivo, es necesario incluir en nuestros debates y propuestas la perspectiva de las mujeres e identidades disidentes desde las múltiples miradas feministas que tampoco es homogénea, reconociendo su histórico protagonismo en la producción social del hábitat y en el trabajo de sostener la cotidianeidad de nuestros territorios.

Observamos que es cada vez más frecuente una inclusión nominal, retórica, de la “perspectiva de género” en documentos, declaraciones y compromisos que asumen gobiernos y muchas veces también algunas organizaciones sociales en sus programas de trabajo. Aun así, su inclusión en los debates sobre el desarrollo urbano y el derecho al hábitat digno, en general, es muy débil. No sólo porque no se avanza en propuestas concretas, sino también porque no aparecen permeadas las diferencias y diversidades del conjunto de las mujeres (diversidad social, cultural, etaria, étnica, religiosa o de orientación sexual) en las propuestas para intervenir en la problemática. Por este motivo, creemos que es necesario fortalecer los espacios de discusiones colectivas y territoriales que apunten a incluir esta mirada en la construcción de un hábitat digno. Sólo incluyendo la participación activa de las mujeres en estos espacios y en la toma de decisiones, es posible avanzar en la profundización de los procesos democráticos en nuestra región, y en la construcción de ciudades inclusivas para todos y todas.

Hacia ciudades y territorios feministas

La ciudad cuestionada desde los feminismos pone en discusión la falta de plenos derechos y las formas/dispositivos en que somos consideradas ciudadanas, y habitamos la ciudad. La agenda de los feminismos urbanos es una agenda diversa, radical e implacable a la hora de plantear el derecho a una vida sin violencias. En este sentido, creemos que es necesario tener en cuenta ciertos nudos críticos, que propone esta mirada, al pensar-repensar las intervenciones en torno al hábitat y los territorios.

La persistente división sexual de trabajo y los trabajos de cuidados. Necesitamos cuestionar y deconstruir las prácticas de cuidado como responsabilidad exclusiva de las mujeres, y como trabajo no pago. Facilitar una democratización de estas tareas, evitando que las políticas públicas y los equipamientos y servicios urbanos fortalezcan y reproduzcan el rol reproductivo de las mujeres, dificultando su inserción en el mercado de trabajo remunerado, en la participación política, en el uso y disfrute de la ciudad. Además, a este trabajo de cuidado y de reproducción social lo hacemos en contextos de emergencia habitacional, deterioro ecológico, precariedad de infraestructuras y servicios públicos, etc., cuestiones todas que nos vulnerabilizan y sobrecarga de sobremanera. Necesitamos políticas de cuidado integrales, servicios y equipamientos de cuidado cercanos geográficamente, confiables, flexibles y eficaces.

La pobreza urbana se feminiza cada vez más. La cantidad de hogares monomarentales ha ido incrementándose en las últimas décadas, especialmente en los sectores de población de más bajos ingresos. Este dato no puede ser menor a la hora de pensar en las políticas de vivienda, y en el equipamiento barrial.

La diferencia en el uso y los tránsitos por el espacio público por parte de varones y mujeres – otras feminidades. Las diferencias y jerarquías construidas social y culturalmente entre la diversidad de las feminidades y los varones se plasman en los territorios. Una mayor sensación de lo público como ajeno y peligroso -con la violencia sexual como posibilidad siempre presente- restringe y condiciona el uso y disfrute de los espacios públicos por parte de las mujeres, siendo más crudos aún los condicionamientos para algunas feminidades en particular por su manera de vivir/transitar la ciudad -lesbianas, trans, migrantes, jóvenes de sectores populares-. No considerar de qué manera estas diferencias vulneran derechos básicos, contribuye a reproducir estas desigualdades.

Las mujeres somos las protagonistas en las luchas por el hábitat y el derecho a la ciudad. Protagonismo que es muchas veces invisibilizado, a pesar de ser quienes sostenemos históricamente la vida cotidiana de barrios y organizaciones sociales y comunitarias, sin pago ni descanso. Esta es una realidad que en los últimos años ha cobrado mayor reconocimiento a nivel informal. Sin embargo en los espacios de representación política, y en los cargos jerárquicos y de referencia en las organizaciones sociales, cooperativas, etc. siguen siendo ocupados mayoritariamente por varones, quedando a cargo de las mujeres roles y tareas no solo con menor reconocimiento social-político sino con mayor carga de trabajo. Promover la participación política y construir condiciones de posibilidad para el reconocimiento real del aporte de las mujeres e incorporar en las mesas de trabajo de los procesos de urbanización de los territorios la mirada, los recorridos y los saberes de las mujeres se vuelve fundamental para darle lugar a formas alternativas de construir hábitat digno para todos y todas.

Las violencias patriarcales, en todas sus manifestaciones, vulneran el derecho de las mujeres a la ciudad. Las violencias que vivimos por parte de parejas y exparejas -algunas de las cuales llegan al femicidio-, las violencias institucionales -en donde incluimos la criminalización y persecución a las mujeres que interrumpen sus embarazos, a veces de manera voluntaria y otras veces por abortos espontáneos-, las violencias callejeras y el abuso/acoso sexual en los espacios públicos. Estas, entre otras manifestaciones de las violencias ponen límites a la autonomía de las mujeres, restringiendo muchas veces su movilidad y sus posibilidades de acceso a la salud, la educación, la participación política, el trabajo, la recreación. Las violencias atentan contra la vida y la capacidad de decidir de las mujeres. El diseño y el uso de las ciudades, lejos de ser neutras, contribuyen muchas veces a perpetuar estas vulneraciones de derechos.

Teniendo como marco estos nudos críticos, desde la comisión venimos impulsado diferentes estrategias de intervención e incidencia prioritariamente en tres ámbitos: a) en el ámbito político-parlamentario(políticas públicas, leyes, normativas);b) en el ámbito público y c) a escala territorial-comunitaria que abordan y confluyen transversalmente experiencias-  saberes– debates y propuestas asociadas con repensar y construir ciudades y territorios feministas. Algunas de las iniciativas realizadas en este sentido son:

-Aportes al Consenso Nacional por un Hábitat Digno, documento marco del espacio Habitar Argentina, desde una perspectiva de género, 2017

-Presentación de la comisión en jornadas de debate de candidatos a legisladores nacionales, octubre 2017

-Seminarios “Mujeres y Ciudad” (In) justicias territoriales, organizados por Ciscsa- Jornada de debate y formación del colectivo, 2017-2018

-Aportes al Documento Disparador y aportes para la coordinación y sistematización del Eje Derecho a la Ciudad: violencias urbanas, vivienda, movilidad. La contribución de las mujeres para el buen vivir en las ciudades y las resistencias feministas.  14° EFLAC- Montevideo, Uruguay 2017

-Taller Nuestros barrios, nuestros territorios, Construyendo miradas feminista de y desde el derecho de las mujeres a la ciudad. 14° EFLAC- Montevideo, Uruguay 2017

-ENM Chaco 2017 Participación en taller “Mujeres y Hábitat”.

-8M participación en asambleas preparatorias del documento para la marcha. Participación en jornada.

-Taller Nuestros barrios, nuestros territorios, Construyendo miradas feminista de y desde el derecho de las mujeres a la ciudad, en el Foro Social Mundial, Salvador de Bahía, Brasil, marzo 2018.

-Mujeres y Participación en Organizaciones sociales. Movimiento por la Moradia Popular, en el Foro Social Mundial, Salvador de Bahía, Brasil, marzo 2018.

-Aportes de la Comisión desde una PG al proyecto en debate de Regularización Dominial e Integración Urbana – mayo 2018

-Ciudad feminista – Derecho a la ciudad en el marco de la vigilia y el apoyo al proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. “Nuestro cuerpo nuestro primer territorio” junio 2018

[i] http://www.habitarargentina.org.ar/. Componen la comisión: Ando Habitando (Mendoza), Asociación Civil Canoa (Santa Fe), Ciscsa (Córdoba), Madre Tierra (Conurbano Bonaerense), Federación de Cooperativas “Todos juntos”(Ciudad de Buenos Aires), SEDECA (Buenos Aires), Grupo de investigación de Procesos Urbanos y Programa de Extensión Géneros y Sexualidades (Universidad Nacional de Tierra del Fuego), La Ria (Ciudad de Buenos Aires, Ushuaia, Rio Grande), MOI (Tierra del Fuego), Proyecto Habitar (Ciudad de Buenos Aires). Correo de contacto: comisionhabitatygenero@gmail.com