Frente al actual modelo de desarrollo de las ciudades, donde se priorizanposiciones que favorecen al mercado inmobiliario, se privatizan los bienes comunes en nombre de oportunidades de inversión y se explotan sin límites los recursos naturales es fundamental provocar y motivar la articulación de las y los hacedores de ciudades por la defensa de los derechos, y por ende por la reivindicación del Derecho a la Ciudad. Aquello se produjo en el Encuentro Internacional por Ciudades Igualitarias – EIpCI que reunió a pobladores, organizaciones, movimientos, redes, académicos y funcionarios públicos comprometidos con la justicia social y la gestión democrática del territorio.
Conocer y lograr entender los procesos locales para alguien que proviene de otro país sólo resulta posible cuando son los mismos hacedores de ciudadquienes comparten susexperiencias en la búsqueda de alternativas a través de las luchas sociales. La palabra “resistencia” adquiere otro significado cuando es pronunciada por quienes la han asumido como un modo de vida. Encontrarse tiene sentido cuando esos encuentros generan aprendizajes en función de otras experiencias, positivas y negativas, y tendrá más sentido en el momento en que estos aprendizajes se vuelvan colectivos y puedan traducirse a la realidad de otros países. Encontrarnos debe conducirnos a reflexiones que profundicen los procesos sociales que en diferentes lugares del continente y del mundo, pobladores, movimientos, organizaciones, entre otros, se encuentran desarrollando.
Por tanto, el Encuentro Internacional por Ciudades Igualitarias, deja planteado retos ineludibles e impostergables a todas y todos quienes hemos participado de él. Nos obliga a pensar cómo transmitir y multiplicar las voces de las diferentes luchas sociales de América Latina por el Derecho a la Ciudad en nuestros países, en nuestras ciudades; cómo articularnos para fortalecernos; cómo convertir esas diversas e incansables luchas en objetivosy compromisos comunes, cómo seguimos resistiendo.
Por lo pronto, el Encuentro fue y es una prueba de la existencia de otras formas de hacer ciudad, que tratan de ser negadas e incluso a veces son perseguidas; y nos conduce nuevamente a reflexionar sobre la esencia de las ciudades: los ciudadanos y las ciudadanas. Al encontrarnos comprobamos que las ciudades sostenibles y equitativas dejan de ser un concepto abstracto cuando las vemos siendo construidas por ciudadanos y ciudadanas responsables y solidarias/os. De nuevo, confirmamos y reafirmamos que lo único que hace falta es juntarnos y promover acciones por la igualdad.
Nos proponemos entonces, continuar profundizando los procesos en defensa del Derecho a la Ciudad desde la resistencia y las propuestas creativas para hacer de las ciudades un bien común y así un lugar para todas y todos. Finalmente agradecemos todo el trabajo y esfuerzo realizado por parte de quienes hicieron posible que el EIpCI se desarrolle haciendo un reconocimiento muy especial al Centro de Estudios y Acción por la Igualdad – CEAPI y a la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad.
Articulo de Esteban Torres Haro, Fundación Somos Ecuador.